Estoy embarazada de 7 meses. El 8 de septiembre, a las 19.30 h paseaba por el camino asfaltado del Parc Central.
En el césped aledaño había varios perros, entre ellos varios Golden Retriever. Corrían libremente y rápido, persiguiéndose unos a otros. Uno de ellos me arrolló y tiró al suelo, causándome diversas heridas. Por suerte, caí de lado y ninguna de las lesiones puso en riesgo mi embarazo.
El dueño justificó el suceso con el aplastante argumento de que su perro “no lo había hecho queriendo”. Lo que sí sucedió “queriendo” fue que él lo dejara correr libre.
El Parc se ha convertido en un pipicán de lujo (como un lector del TOT acertadamente señaló) donde muchos dueños incumplen la ley impunemente y son el resto de usuarios los que han de esquivarlos.
He puesto una denuncia, con parte de lesiones, y una instancia al Ayuntamiento para que no vuelva a suceder.
Sé lo que es disfrutar de ver a tu perro jugar, pero son animales, entrañan riesgos y necesitan un sitio propio para correr y hacer sus necesidades. Además, sus dueños han de cumplir una ley que, precisamente, pretende evitar accidentes como el que yo sufrí y que podría haber sido terrible.
El Parc es suficientemente grande para una convivencia pacífica entre todos. O bien se crean espacios específicos para perros o sus dueños usan siempre las correas.
Josefina Filomena Paci