Con estas líneas queremos despedirnos de un padre, de un abuelo, de un esposo y de un artista, hijo adoptivo de Sant Cugat que lo dio todo por todos.
El pasado 9 de enero nos dejaste, permitiendo, eso sí, que te pudiéramos acompañar en los últimos momentos de tu vida.
Estos días han sido muy intensos y nada fáciles, pero los hemos vivido en paz, gracias a la fe que tú nos has transmitido, con la certeza que esto no es el final.
Nunca fuiste de muchas palabras, pero con tu pintura supiste transmitir a los demás lo que para ti era realmente importante: buscar el bien y la belleza.
Estamos agradecidos de esas personas anónimas que te ayudaron el día 4 de enero. ¡Cómo nos gustaría agradecérselo personalmente!
Ahora papá, no te decimos adiós, sino hasta siempre. ¡Te queremos!
Familia Marín del Val